Queridos amigos de Zéfiro, el tema de hoy es “Infidelidad y comodidad” y va dedicado a todas aquellas personas que se sientan identificados (as) con el tema, esperando que reflexionen y se miren desde lo más profundo.
Tanto ser fiel como ser infiel en una relación de pareja es una decisión. Existe gente que es infiel por vengarse de la pareja, por carencia total de prejuicios, por egoísmo profundo y otros, por la cobardía de no romper una relación que no va, pero como pesa el qué dirán, mantienen el teatro por miedo a la crítica. También están quienes poseen serios complejos de apariencia física y para reafirmarse, necesitan “cazar” siempre y otros infelices, que usan de pretexto que como el matrimonio es una farsa, el consuelo de tener alguien oculto (a) los ayuda a no patear el tablero porque existen hijos de por medio.
Sea como fuese la situación, el asunto es que es incorrecto y solo las personas con valores esenciales firmes como convicción serían incapaces de ser infieles, es más, ni se les ocurriría, porque si tienen problemas de pareja o algo no va, toman decisiones antes que dañar, mancharse y sobre todo, como siempre digo ¿Cómo se besa a la cara a los hijos después de llegar de engañar a la madre o el padre de los mismos?, ¿Cómo se puede hablar de valores a los hijos sino se ejercen?, ¿Cómo se puede fingir por comodidad y por conveniencia?.
He venido escuchando, observando y develando sin asombro, la cantidad impresionante de pacientes de coach emocional que ejercen infidelidad, pero lo que me deja siempre perpleja es que les brota natural, están acostumbrados a ello y ni se les ocurre reflexionar sobre sus decisiones. Y reconozco que hice llorar a muchos pacientes con lo que les digo y hago ver, pero quizá porque esa vergüenza contenida sale a flote y se dan cuenta de tremendas consecuencias en sus días, los cuales siempre carecen de paz.
El objetivo de este post va orientado a la reflexión. Y es que resulta interesante notar como esas personas que siempre han sido infieles o peor aún, se han metido adrede con alguien casado (a) tienen tantos problemas, están muy enfermos (física y emocionalmente) y aun así, insisten en ello, porque viven de la mentira que tejen en diversas otras áreas de sus vidas. Y ser infiel, solo es parte de uno de los valores de los que carecen, como es la lealtad.
Los pretextos siempre son: “No me alcanza la plata para mantenerme, me va pésimo con mi esposo (a), pero me da todo y no sé cómo empezar solo (a) para poder liberarme”, “Mi pareja jamás cambiará, ya no siento amor hace mucho, pero encontré alguien especial, pero como ambos tenemos hijos, de momento, no podemos estar juntos”, “Él o ella me hizo mucho daño, entonces encontré alguien que me hace sentir bien” y bla bla bla.
Si notan los motivos, todos ellos coinciden que no saben ser independientes, tienen miedo de romper estructuras por prejuicios, son egoístas, sin escrúpulos y usan a los hijos como pretexto para alargar situaciones negativas. Es decir, es gente acostumbrada a vivir de las mentiras, en la deshonestidad y me pregunto ¿acasos si tienen hijos no notan que se llevan fatal los padres?, ¿acaso tener pareja es dejar de usar tus talentos y trabajar?, ¿acaso los problemas que puedes tener son motivo para ser sucio (a) y fingir siempre? Y sin embargo, para ser decente, justo y limpio (a) hay que llevar valores esenciales inscritos en el alma y desear mirar a los ojos sin agachar la cabeza.
No se es leal solo por la pareja, se es leal por uno mismo (a), porque no fuimos creados para mancharnos y hacer daño. Y si algo no va bien se conversa, pero si las cosas ya están fatales, corresponde tomar la valiente decisión de cortar una relación de peleas eternas, porque ello enferma a ambos y a todo el ambiente.
La voz de la oscuridad azota a quienes cómodamente le dan cabida en sus vidas, a quienes han elegido ser débiles, serviles y egoístas, como, por ejemplo, mujeres que se meten con tipos casados y se embarazan adrede, como las villanas de novela para intentar dividir, pero dicen que no hicieron daño. Y siempre diré que jamás se puede sembrar dicha sobre lágrimas ajenas y que cualquier ser que se acerca estando casado (a) para pretender a una persona porque le gusta, por capricho o lo que fuese, solo es un miserable.
Y en la era del narcicismo y redes sociales, que terrible y triste resulta que tanta gente insensata viva de chatear a toda hora desde cuentas falsas, que sea fan de conversaciones calientes con extraños (as) para masajear el ego, que necesiten leer y sentir que viven conquistando por todos lados, que terrible y qué pequeñez de alma de quienes, en lugar de aprender a ser mejores, solo están cubiertos de ego, cinismo, obsesiones y vicio impulsivo.
Todos cometemos errores en el trato, actitudes, etc, pero todos aquellos errores donde ingresa la conciencia, el adrede y lo sórdido escondido, se convierten en ruindad para el espíritu.
Sin embargo, hay gente que no sabe lo que quiere, y mucho menos, sabe amar como enseña el creador, lo cual resulta un proceso y decisión, pero responsabilidad de cada quien. Por tanto, corresponde aprender a amar de modo limpio, honesto y con valores, si es que se desea vivir en paz por dentro y ser firme con aquello que daña emocionalmente; resolver inseguridades, decir “No” a lo incorrecto y apagar voces ajenas incorrectas, malos consejos, despecho, miedo y vacío, nada sencillo para quienes viven cómodos en las mentiras y doble moral.
Los dejo reflexionando y teniendo claro que no fuimos creados para ser deshonestos y nadie debe elegirte de blanco para jugar con tus emociones y valores.
Les dejo esta cancioncita que va muy bien con este post.
Que tengan linda semana, ángeles para el camino
Manjari (Bendiciones)