Caminemos hacia el destino = Saturno, con fe, confianza, decisión y teniendo claro todo aquello que debe irse, porque roba paz. El cielo nos abre un portal para ese trozo de nueva etapa que está escrito y permitirá que lo que somos y podemos dar y recibir ocurra. Adiós pensamientos rígidos, miedos caducos y patrones por presión social. Emergen las estrellas y solo brillan donde existen valores esenciales: bondad, amor, justicia, comunicación diáfana. Muerte al ego carcelero y turno de los que aprendieron del dolor. Tiempos de milagros, luchas finales y grandes revelaciones. Fuerza para el alma luminosa y visión que protege.
Cambia el clima, se limpia el camino y los corruptos son desenmascarados. La dicha es ser auténtico, sin lamentarlo y pasando de largo ante las trampas y en terrenos donde la duda y confusión es debilidad cobarde.
Un nuevo ciclo para servir, crear y pisar firme de la mano de Dios.
Luna de Sangre, luna que refleja el reflejo de viejas heridas del alma, esas, que embellecen el alma.
No es posible ser sin sentir, no es posible vivir con máscaras. El ego carcelero cae y nace lo escrito.
Luz para el camino. Grandes revelaciones. Nada será igual y nada es azar.
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