
Ocurrió en el signo de Sagitario y todos tenemos a ese signo en la carta natal. Desde allí, existe un despertar, una iluminación que nos conecta con propósitos loables, la conciencia y el poder de los cielos. Sin embargo, cuidado con el impulso y las decisiones financieras apresuradas. Se activa la fuerza interior que Dios nos otorgó para ser, servir y mantenernos en luz.
Se abre un ciclo que potencia dones y talentos, nos fortalece y devela tretas y juegos mentales.
Cuidado con la presión elevada, incendios y recemos porque la violencia no sea venganza y cese. Peligro de captura de migrantes y disputas diplomáticas. Se revelan actos de corrupción y la percepción se activa. Se visualizan proyectos de valor que buscan sembrar luz y sanación.
Conexión con ángeles y telepatía con almas afines. Luna para reconectar con la esencia y reconocer la presencia del espíritu santo en aquello que no esperas. Ciclo de justicia, merecimiento o de frustración, miedo y sentirse miserable, según el proceder. Luna que brinda profundo conocimiento y certezas, silencio y decisión.
Nada será igual.