
ESPÍRITU SANTO, que tu halo de paz y amor inunde los corazones, brinde alivio a las almas que sufren desde toda situación y les permita renacer.
Libera mentes de prisiones emocionales que lanza el maligno y muéstrales el camino para luchar, sanar y comprender las pruebas del camino, renovar el corazón para aprender, ser, servir y amar como enseña Dios.
Tu presencia es fortaleza, sonrisa y certeza. Y sin embargo, te pido, construyas ese puente luminoso hacia donde lleguen quienes no te buscan ni sienten tu presencia, porque sus vidas permanecen confusas, en negación y frustración. Recupera a tus valiosos guerreros y devuelveles la esperanza.
Gracias por el viento suave que acaricia las mejillas cuando te acercas y por ese cielo maravilloso que envía protección, bendiciones y silencio pertinente para escucharte y sentirte.
Amén