Por factores de educación, estereotipos y sobre todo malas experiencias de vida, muchos hombres consideran que no se puede ni debe confiar en los valores e integridad de una mujer. Y si bien, esto puede intentar comprenderse porque el género femenino bajo pretexto de crecer y ser competitivo con el sexo opuesto ha desarrollado cambios de actitud y ha perdido muchos buenos valores, ello no implica que todas sean igual. Generalizar los perfiles de conducta y personalidad de las mujeres no solo es irracional, también es injusto, ignorante y cuel.