Queridos amigos, el tema de hoy es “Las lecciones de la vida” y va dedicado con mucho cariño a mi grupo de egresados que ya laboran como periodistas e investigadores y me pidieron este post .
Dios no hace personas iguales, pero aspira que con el tiempo y la madurez la gente evolucione hasta ser mejor, hasta elevar su nivel de espiritualidad por encima de cualquier vicisitud o problemas que le haya tocado vivir.
Y tal reto para el hombre no es fácil, no para todos el dolor y la fatalidad pueden convertirse en una enseñanza, para un grupo grande tales vivencias los llenan de amargura, desesperanza y los conducen a vivir de modos inadecuados.
Por ello, desde Zéfiro quiero compartir algunas cosas que he leído y considero que pueden servirles y hacerlos pensar sobre como todo lo que nos pasa en la vida es una lección:
¿Puede el dolor enseñar?
1.- Existen diversos tipos de dolor, pero los más complicados de asumir son aquellos que surgen por injusticias o por ser escogidos para ser dañados desde blancos como la envidia o la codicia. Y es que cuando tales emociones anidan en las almas, estas por error dañan a otras, así vemos casos de corrupción en las empresas, de tiranías de jefes hacia sus trabajadores o de mentiras descaradas para favorecer a miembros de las instituciones.
¿Qué enseñanza deja haber sido blanco de la envidia y las injusticias?
La enseñanza que deja es que debemos aprender a convivir con gente que no tiene el alma limpia, pero existe y sin poder evitarlo por un tiempo puede buscar molestarnos, pero con la certeza de que la mejor defensa es el trabajo responsable y honesto.
La lección es alejar el desaliento, pensar que haciendo las cosas de manera correcta nada malo puede ocurrirnos porque la rectitud se impone ante tales malos vientos, que nada desanime a la gente que labora con firmeza por nobles causas.
¿ Puede el egoísmo dejar enseñanza?
Sentir que las personas son incapaces de compartir y que tienen problemas para ponerse en el lugar de los demás nos enseña a reconocer que necesitamos ser independientes y luchar por lo que queremos y por lo que creemos más allá de toda crítica, y aún cuando todo parezca perdido en nuestras metas confiar que el cosmos hace su parte y todo llega cuando tiene que llegar.
Roma no se hizo en un día y las grandes obras tampoco y con planificación y voluntad toda lancha se deslizará sin problemas.
¿ Puede el maltrato inmerecido dejar una enseñanza?
Algunas personas que padecen de este problema ingresan a periodos largos de depresión, de baja autoestima y se encierran en su pena a lamentar sus heridas.
Y la enseñanza radica en reconocer que las personas que maltratan lo hacen para llamar la atención, para trasmitir sus miedos, es su manera de gritar sus heridas y trasladarlas a quien tiene a mano o a quien elige para hacerlo.
Y si han sido blancos de maltratos a nivel laboral, amistoso o afectivo de ustedes depende ponerle un alto.
Es necesario aprender a mantener la tolerancia y desarrollar piedad por gente que a la larga alberga por dentro una profunda soledad porque nadie que hiera escapará de la voz de su conciencia.
¿Puede el haber sido traicionado dejar una enseñanza?
Esta figura como una de las vivencias más complicadas para manejar en la vida del hombre, pero quien lo vive a cualquier nivel queda en un principio asombrado (a) y en muchos casos maldice su suerte y desarrolla deseo de venganza por quien le propinó tal dolor.
La enseñanza radica en aprender a desarrollar resignación y entender que en la vida nos topamos con gente recta, con gente hipócrita y con gente que es ambivalente, esa que un día puede decirse ética y al otro tirar por la borda lo dicho y actuar sin juicio manejado (a) por los impulsos.
Quien ha sido traicionado tiene el reto de mantener la calma y sobre todo no creer que toda la gente es igual porque se estaría injustamente condenando a quienes no lo merecen.
Recuerden que la vida es como un gran libro, ese donde debe ir escrito todo aquello que los ayude a trascender y hasta eso que dicen no soportar enseña, engrandece, solo es cuestión de advertirlo.
Aquí hago un alto para mandar saludos como lo prometí a mis amigos Andrés, Liliana y Juan Carlos de Bogotá, Colombia quienes son lectores de este blog y con su sapiencia y bondad logran ayudar a tanta gente a vivir mejor en su país desde sus nobles profesiones. Amigos , mil gracias por su cariño y apoyo desinteresado, fue una bendición del señor haberlos conocido.
Que tengan un día donde la paz no los abandone y puedan sentir que caminan con la frente en alto por la honestidad que llevan dentro. Y quienes consideran que viven confusos, decidan mirarse y mejorar, la paz interior depende de uno mismo.
Manjarí (Bendiciones)