LAS CÁRCELES EMOCIONALES (POST 352 DE INTELIGENCIA EMOCIONAL)

Queridos amigos, el tema de hoy es “Cárceles emocionales” y va dedicado a Ruth, Elena, Milton y Lenin, quienes esperan este post.

La incapacidad de tomar decisiones por miedo, prejuicios, presión social, pesimismo y carencia de valor, así como de voluntad y claridad llevan a que millones de personas en el mundo sientan que viven “presos” ante una situación que los enferma emocional y físicamente, pero de la cual no logran salir y desde Zéfiro los invito a reflexionar para mirarse y reconocer que fuimos creados para vivir en paz por dentro y ser capaces de alcanzar dicha.

Dentro del mundo moderno, las cárceles emocionales más frecuentes que existen y hoy cobran más efectos dolorosos en las personas tenemos:

1.- Miedo a romper una relación insana: Si bien existen una serie de factores al respecto, el punto ¿Cómo vuelvo a empezar solo (a) otra vez? causa paralización, acostumbrarse a la desdicha y caer en estados de melancolía, ansiedad e ingresar a peligrosos cuadros de depresión, perdida de la voluntad, memoria temporal y elevada procastinación (postergación de metas)

Una dama trabajadora, emprendedora e inteligente para crecer profesionalmente me visitó en terapia de coach emocional y me contaba que su aún esposo le había sido infiel en varias ocasiones, que tenía las pruebas, porque a veces alguna de esas mujeres la llamaban para contárselo; que él se desaparecía de casa los fines de semana y que además de ello, había despilfarrado parte del dinero en el negocio que comparten. Y pese a que ella es dueña de todo el patrimonio y propiedades, porque las compró antes de su compromiso con él, el sujeto no desea irse de casa y hace teatros baratos de llanto y arrepentimiento, poniendo delante a las dos hijas que tienen.

La dama en cuestión comenta que su esposo la ha convencido de que ella se equivoca mucho en el trabajo y solo él hace las cosas bien. Y ella se siente aterrada de no saber seguir sola con la empresa.

Sin embargo, cuando le pregunté ¿no hiciste el negocio sola sin problemas diez años antes de conocerlo y adquiriste todo lo que tienes sin problemas?, ¿te crees que no eres capaz laboralmente o pesa además sobre tu mente que seas vista si rompes tu relación como la esposa engañada y abandonada?, ¿qué tanto te afecta pensar que tu aún esposo sea feliz y con campo abierto con otra y que esa otra te parezca la o las culpables de tu desastre matrimonial? Le hice estas preguntas entre otras y la señora agachó la cabeza, las lágrimas caían por su rostro y terminó diciéndome: “tienes razón, soy una cobarde dependiente con el ego enfermo” y me muero de miedo, porque no sé por dónde empezar a romper mi cárcel.

Esta situación la viven otras personas que por ejemplo no pueden mudarse porque la pareja les solventa los gastos y en casos tan frecuentes, existe hasta violencia física.

La dependencia afectiva emocional implica pensar en modo negativo todo el tiempo, dejar que el tiempo corra y que todo el peso de las miradas ajenas, creencias limitantes y prejuicios formen los grilletes que les roban vida y paz por años. E incontables personas jamás dejan esa prisión, prefieren “fingir” para la familia, en el trabajo y ante todos los que se sientan los juzgan, porque no soportan verse como fracasados en su elección de vida.

Esta misma dama me decía que hasta su hija mayor lloraba y le decía que no podía entender porque ella permitía todo el abuso que su padre ejercía en casa, le aconsejaba denunciarlo y la animaba a luchar por liberarse; y su hija tiene solo diez años.

Otras personas con pareja, pero presos de apego afectivo temen a la soledad y consideran que deben casarse de cualquier modo con alguien así vivan desdicha, porque consideran que por ratos lo pasan bien, cuando en realidad la autoestima ha desaparecido y no han vivido algo mejor.

Los hijos, dinero y el qué dirán son algunos pretextos que colocan parejas que se pelean todo el tiempo frente a ellos, causando más daño del que piensan, porque sus hijos se acostumbran a observar que el amor es nocivo, hipócrita y también aprenderán a escoger una persona tóxica.

Lo peor que ocurre con este tipo de personas con tremenda cárcel emocional es que terminan además de enfermarse, por buscar refugios de todo tipo: una relación clandestina para aplacar la soledad siendo infieles, uso de malos hábitos como alcohol, drogas y juergas.

2.- Miedo a ejercer un nuevo oficio, rubro de carrera, a empezar de cero: Tanta gente realiza trabajos por cumplir, con desgano y no son eficientes, porque no descubrieron pronto aquello que les apasione en el campo académico o técnico. Y pese a que existen variadas ofertas para estudios en el país, “empezar” se les hace un mundo, porque no se atreven, les da vergüenza y toman la vida con conformismo.

Salir de tal prisión en cuanto a los talentos y oficio requiere imaginar cómo te verías ejerciendo aquello que te gusta, pero hace falta voluntad, orden y paciencia para avanzar paso a paso hacia todo aquello que deseas aprender y con lo cual renacer profesionalmente.

Mientras que otras personas siguen cursos y maestrías que no aplican y pese a que los empleos no andan sencillos de conseguir y todo es mucha “imagen creada” sin profundo conocimiento, siempre he dicho por experiencia que un buen profesional es tomado en cuenta donde pisa por su modo y manera de ejercer sus habilidades, conocimiento y, sobre todo, eficiencia para hacer crecer la empresa donde lo tomen o su propia empresa.

3.- Miedo a expresar los sentimientos, ideas por terror al conflicto, critica y rechazo.

Considero que es una de las cárceles emocionales más dolorosas y generadora de todo tipo de fracaso y problemas en la vida si la persona no lleva tratamiento adecuado. Como les he comentado, existe la llamada “fobia social” específica, generalizada y la llamada “fobia emocional” y en todas ellas existe un “no me atrevo a esto o aquello porque me da vergüenza, miedo a que me miren mal, a que me digan que no, creo que otros lo harán mejor que yo, etc”.

Y con el tiempo, este tipo de personas ha dejado de hacer cosas como las siguientes:

Ejemplos:

–          el estudiante que no sustenta su tesis de pregrado o post grado porque le aterra el hecho de pasar por un examen ante un jurado y pese a que necesita el título, lleva años sin poder atreverse

Tuve un ex alumno al que volví a ver luego de diez años de terminada la carrera y me contó que no podía sacar el título ni hacer la tesis porque tenía miedo y con apoyo estupendo del psiquiatra que atiende a mis pacientes y bajo el entrenamiento emocional en mi consulta, el caballero pasó el examen con éxito tras solo tres meses de tratamiento y se sintió más seguro, logrando hoy incluso haber cambiado de empleo.

–          La persona que se lleva mal con alguien en el centro de trabajo, que nota que le hacen daño, pero es incapaz de sentar un reclamo justo a los superiores, porque teme ser despedido o sancionado.

–          Aquel o aquella que no reclama por nada cuando por ejemplo le dan algo frío en un restaurante, pese a que es su derecho, porque se dice así mismo “para que voy a generar problema” y prefiere comer todo frío, echarse le culpa y pagar para variar por un mal servicio.

–          La persona que recibe tratos injustos de parte de su pareja, pero calla siempre, espera que se todo se calme y se echa la culpa para no empeorar la cosas.

–          Aquellas personas que tiene problemas para hacer amistades, expresar sus sentimientos a nivel afectivo.

4.-  Las personas que esconden su verdadera opción sexual y, por ejemplo, mantienen relaciones de pareja homosexuales ocultas, pero para cubrir las apariencias hasta se han casado. Y respecto a ese tema toqué un caso real en mi último libro “Jaque Mate al Amor”, siendo hasta perverso usar a una persona de fachada para cubrir las apariencias por cobardía y no tener aplomo ni decisión de salir de dicha cárcel emocional.

Existen otras cárceles como ejercer un oficio de tipo deshonesto por ganar dinero fácil, miedo crónico a trabajar por fobia, comodidad y baja autoestima, etc

5.- Por ser parte de un grupo o entorno, anulo mis valores: La gente servil, manipulable y que va por la vida buscando la sombra del árbol que le conviene abunda cada día más. Y es impactante como la cárcel emocional de la deshonestidad tiene etiquetas como: recibir dinero mal ganado, idealizar a una persona incorrecta y hacerle favores por quedar bien.

No tenemos mejor ejemplo que los grupos de corrupción en el mundo que terminan siendo juzgados. Sin embargo, existen otros tipos de grupos (todos parte de mentiras, focos de traiciones y bajezas)

Mas esa gente olvida que por el proceder van las consecuencias en sus vidas y que si luego se quejan, solo les queda asumir enseñanzas. Nadie puede obligarte a ser incorrecto y tener amistades que lo son para decidir ser su cómplice no queda oculto bajo el sol y la cárcel emocional de “servilismo” arrastra siempre a quien menos imaginas, pero solo el tiempo justo marca las consecuencias.

6.- La cárcel de la auto exigencia emocional y consumismo: Vivir para aparentar, trazarte metas que consideras son las correctas sin sentir pasión por estas, necesidad de competir todo el tiempo contigo mismo y con los demás, incapacidad de manejar tus emociones y dar tiempo de calidad a los seres que amas, compra compulsiva de lo de moda, aunque no lo necesites, despilfarro del dinero y el tiempo por ego. Cárcel de banalidad que no permite ser óptimo (a) ni eficiente en nada concreto, porque la mente vive en batallas absurdas que por frustración ilógica el hombre vacío posee.

No existen recetas de felicidad comunes, cada quien es un mundo y lo que tú decidas vivir es asunto tuyo y no de los demás. Y no debes elegir metas para vivir mirando por la ventana la reacción ajena, porque debes recordar que todo aquello en tu vida que se realiza con buenas intenciones y para servir, ya posee bendición del cielo.

Por tanto, ten presente no sacrificar tus reales sentimientos, vocación y talentos por ego enfermo y narcisismo, porque de todos tus pasos y decisiones solo tú eres responsable.

CLAVES PARA VENCER LAS CÁRCELES EMOCIONALES

1.- Reconocer que posees una o varias cárceles emocionales

2.- Buscar ayuda profesional, empezando por la lectura de libros que aborden el tema y al respecto les recomiendo desde mi biblioteca personal Zéfiro los siguientes libros:

:“Vivir sin miedo” del autor español, Sergio Fernández, “Confiar en mí” del autor argentino, Sebastián Palermo y de mi autoría el libro “Lesiones de amor” que lo encuentran en todas las librerías y también en versión ebook vía Ap Store y Play Store.

3.- Revisa tus valores, los que debes fortalecer y los que has elegido ignorar, dejar atrás y reflexiona sobre todo aquello que pierdes, dañas y solo es tu responsabilidad por darle la espalda a todo aquello que enseña el creador. Y recuerda que sin honestidad, respeto, ética, consideración, justicia, dignidad y lealtad nada en tierras de paso camina bien y mucho menos podrás sentir paz donde pises.

4.- Fijarse metas cortas para salir de las cárceles emocionales: Sin dar pasos firmes sobre algo y tomar decisiones importantes sin retroceder, jamás se dejan los grilletes y recuerden que la mente con miedo patológico inventará miles de eternos pretextos y en muchos casos complejos se requiere de la visita al especialista psiquiatra para que el paciente pueda recibir apoyo en síntomas ansiedad, pánico, depresión u otros males no detectados a tiempo.

5.- No busques que nadie viva empujándote en dar pasos que solo te corresponde a ti mismo tomar, porque debes recordar que se nace y se muere solo y en la vida nada llega fácil, pero ser feliz es una decisión.

6.- Anota tus logros, no los minimices por nada y nota como poco a poco vas siendo otra persona y te ves mejor, sonríes más y eres más feliz.

7.– Busca siempre tratar de verte bien, no descuides tu cuidado personal e imagen, porque con ello te sentirás mejor y más libre emocionalmente. Peinarse, estar limpio, con lindo accesorios y detalles es parte de la buena autoestima.

8.- Convierte a la oración con devoción en tu mayor aliada para no perder fuerzas, para dejarte guiar por el cielo, para notar como las puertas se abren cuando te las labras y recuerda que el creador desea verte en paz y en dicha y que hemos venido a tierras de paso para aprender de los errores, pero destruirte no era parte del plan divino y en poco tiempo puedes cambiar tu modo de vivir y renacer.

9.- Toma en cuenta que jamás podrás saber cómo te iría sobre algo que no intentas de modo firme y decidido. Los cambios de vida requieren voluntad, constancia y compromiso emocional.

Y si has reconocido que por dentro estás vacío (a), enfermo (a), pero desde los valores, nadie tiene la solución, solo tú mismo y también debes recordar hacerte cargo de las consecuencias de todo daño que te haces, has hecho y consideras que solo queda ahí. No existe acción sin consecuencias y el tiempo que no cesa es el mejor maestro para quienes han elegido darle la espalda al creador, así como dejar de amarse y ser limpios.

Los dejo reflexionando queridos Zeferinos y esta bella melodía para que los relaje y acompañe




Que tengan bella semana, ángeles para el camino y luz para sus proyectos Manjari (Bendiciones) ]]>