Queridos amigos, el tema de hoy es «El Hombre Ligth» . Muchos han oido hablar de él, pero hoy Zéfiro les hace llegar los puntos básicos que lo definen.
Definir el llamado fenómeno ligth implica tomar en cuenta a 3 elementos básicos que lo conforman: Hedonismo, consumismo e irreflexión.
Y es que por cultura ligth se entiende según los analistas de medios de comunicación como “Vivir ligero”, estilo de vida que se impone con firmeza durante el proceso de globalización en el mundo.
El hombre es un ser que por naturaleza puede imitar, así lo señalaba el teórico Albert Bandura en la teoría de la imitación, pero a la vez aprende por observación. Y ante la difusión de mensajes que emiten diversos programas de televisión sobre las formas de vida de ricos y famosos, los receptores las identifican como modelos para ser felices.
El hedonismo se halla en programas donde se le dice al hombre que debe rendir un culto al cuerpo, no se habla de ejercicios y salud, se habla de verse bien para ser admirado exclusivamente por adquirir una buena figura. Por ello, los programas sobre cirugías estéticas y todo aquello que implique rejuvenecer tienen elevados niveles de sintonía.
Hace algunos años una chica de 18 años pedía una fiesta o viaje como regalos de cumpleaños, hoy pide una rinoplastia (cirugía de nariz) o un aumento de busto; mientras que los varones invaden los gimnasios para desarrollar musculaturas como las de sus ídolos de cine o ganadores que los medios les exponen.
La consigna es verse «regios» para tener nivel y no ser excluidos. El Consumismo como otro elemento para ser felices se aprecia en la publicidad y en películas como “Sexo en la Ciudad” o “Adicta a las compras”.
La valoración que se le da a la marca en todo lo que se adquiere es parte de la esencia en estos filmes; mujeres que gastan a manos llenas suprimiendo necesidades básicas como la salud y educación es lo que prima en lo light, solo que no les advierte que quienes deciden serlo pasarán por consecuencias a todo nivel que marcarán sus vidas.
El hombre ligth luce la marca todo momento, hasta su caminar está pre establecido, actua para representar un rol ante la sociedad, tiene ídolos, cuyas conductas ha memorizado e imita a drede o inconscientemente, va perdiendo la autenticidad.
Lo irreflexivo está relacionado con el no mirarse, ni mirar a los que nos rodean con responsabilidad, hacerlo desata un compromiso que no es parte de lo light.
Por ello hoy el amor debe ser “open mind” y es mejor decir “salgo con alguien” porque se han suprimido los términos que involucren compromisos como enamorado (a), idea que también se expone en los medios con mayor énfasis.
También implica vivir en base a excesos sin medir si se perjudica a alguien. No todo lo que brilla es oro Cuando el hombre asume un estilo de vida ligth evita la reflexión, comete excesos y el miedo a luchar le dice que debe ir por lo más fácil, menos esfuerzo acaban con el estrés, trabajar poco y ganar mucho es una habilidad que debe conseguirse para vivir disfrutando.
Sin embargo, nunca como en este siglo aquellos estilos de vida imitados desencadenaron consecuencias tan grandes como: anorexia, bulimia, vigorexia, depresión, ansiedad y conflictos de grupo. ¿A qué se debe tales flagelos?
Sencillamente a que en su afán de alcanzar el estilo de vida perfecto el hombre no mide sus limitaciones, mucho menos analiza y controla con tino sus emociones, todo lo contrario, cede a los impulsos de placer y presiones como el qué dirán para no ser excluido de los grupos de élite donde ser parte de ellos ya es un logro.
Hoy hay madres ligth que se aburren si sus hijos les piden que les narren un cuento o ayuda en las tareas. Para eso están los profesores se quejan y sino es suficiente es preciso acudir al profesor particular porque regalar horas diarias en apoyar a los chicos da pereza y anula el tiempo para ellas; mientras que los padres ligth quieren que sus progenitores ganen dinero pronto, y los invitan a buscar “contactos” para enrumbar porque no es preciso esforzarse tanto si alguien de élite les da la mano.
Como consecuencias de la cultura ligth encontramos que el hombre se siente cada día más solo, se comunica menos y si lo hace prefiere el Messenger o redes sociales, el hombre ligth también ha creado una identidad virtual, donde mediante nicks, emoticones y abreviaciones lingüísticas adorna sus ideas en un ordenador, busca nuevos amigos y hasta el amor.
Por tanto podemos afirmar que el hombre ligth transita por las calles con el miedo a ser juzgado, a ser criticado por lo que es, por lo que tiene y no tiene. El dedo acusador de los amigos, vecinos y curiosos es lapidario, no estar a la moda deprime, no tener camioneta es el dolor de cabeza de un joven empresario, y decir si al amor es un reto que se prefiere no pasar para no sufrir.
La crisis de valores se ha desatado ante la presencia de lo ligth, y como decía el investigador Noam Chomsky, “la masa es un rebaño desconcertado” que los medios persuaden y manipulan para ver crecer sus emporios, olvidando que somos humanos.
Queridos amigos, los invito a reflexionar sobre su manera de actuar en estos tiempos, ser autenticos es necesario para trascender y saber a donde se va sin miedo a ser juzgado
Que tengan un lindo día y todos sus proyectos lleguen a buen término
Manjari
(Bendiciones)