Queridos amigos, el tema de hoy es “Como asumir la enfermedad” y va dedicado con mucho cariño para Karina, quien espera este post
Nadie imagina en qué momento puede descubrir que padece de alguna enfermedad. Y mucho menos es sencillo prepararse para asumir el estilo nuevo de vida que indiquen los especialistas para mantenerse con vida.
Por ello, desde Zéfiro veamos algunos de las vías para asumir tales pruebas de fe
1.- Informarse con voluntad y mente abierta sobre la enfermedad que se padece: un primer paso para comprender la enfermedad que se tiene es estar plenamente informado sobre ella. Solo así se podrá comprender ciertos tratamientos y la importancia de aceptar por ejemplo determinado tipo de alimentación, hábitos, etc
Miles de personas se rehúsan a seguir tratamientos por desinformación y otras jamás logran interesarse en lo que padecen por falta de fuerza, por falta de criterio y también por fatalidad.
Siempre será adecuado tener más de una opinión médica para contrastar y determinar lo más adecuado.
2.- Luchar por no sentir autodesprecio: Muchas enfermedades implican limitaciones notorias ante los demás y ello interviene claramente en el autoestima de quien lleva la enfermedad. Algunos sienten que son motivo de burla, otros que son rechazados o apartados y otros simplemente creen que no valen nada y se aíslan porque sienten vergüenza o creen que solo pueden inspirar lástima.
Una de los primeros retos para quienes llevan una difícil enfermedad a cuestas es luchar por sentirse útil, por buscar tener metas posibles en tiempos planificados sin torturarse por los obstáculos que se presenten en el camino.
Por ejemplo, muchas personas que son inválidas hacen labores importantes e interesantes en diversas empresas e instituciones, miles de chicos o chicas que padecen por ejemplo de síndrome de down se desempeñan por horas en empleos decentes y con ello saben que son útiles a la comunidad y pueden cumplir sus metas y sueños con aplomo y voluntad.
Si quien padece una enfermedad cae en depresión, estados ansiosos e irritables es necesario que busque ayuda profesional para manejar sus emociones y también ayuda espiritual para mantener la fe y fortaleza para salir adelante lo mejor que se pueda.
2.- Asumir con humildad la enfermedad que se padece: Renegar de ella, sentir frustración, dolor, desesperanza no es el camino. Si bien es cierto que tales estados pueden darse con frecuencia, es necesario prepararse internamente para amarse, para valorarse y reconocer que el dolor es un estado que enseña y enaltece y si puede ser no merecido, siempre hay algo que aprender de él para enseñar a los demás.
Miles de enfermos son grandes consejeros, otros dan mucha alegría a miles de personas y otros regalan luz con su sola presencia y sonrisa, a veces el silencio transmite tanta calidez, tanto cariño, pero reconocerlo es cuestión de saber observar, de abrir el campo espiritual y valorar cada cosa que nos pasa y cada persona que tenemos al lado en tal condición.
3.- Amar la vida por sobre todas las cosas: Pese al dolor y las dificultades que padecer una enfermedad generen, preparar el espíritu y reforzar la fe harán que se valore cada día. Y es que durante toda situación, las experiencias que se albergan, las personas que se van conociendo y aparecen en el camino no llegan por gusto. Todo tiene un fin, compartir lo aprendido y dejar huella para bien de muchos es el motivo de vivir.
Algunos tiene que luchar de distinta manera por sus días y si bien puede ser para miles de enfermos a veces insoportable, solo Dios decide cuando aquel dolor y prueba cesará.
4.- Aceptar con humildad las incapacidades y retos que no se pueden lograr: Por causa de la enfermedad misma, algunas personas ven imposibilitados ciertas metas y sueños. Es preciso asimilar lo que se es capaz de hacer y lo que no se puede hacer , solo así se puede evitar la frustración. No es posible vivir renegando de aquellas cosas que no se pueden dar ni maldecir la enfermedad que se padece todo el tiempo porque con ello la depresión y ansiedad crece.
Cuando se es capaz de dar lo mejor de sí y se es consciente de que se hace el mejor esfuerzo, ser digno implica servir con alegría sin tener que compararse con los demás. Asimilarlo no es sencillo, por ello repito que es necesario mantener apoyo profesional y cultivar la espiritualidad para fortalecer el espíritu.
Recuerden que nadie es culpable de padecer alguna dolencia en especial y vivir condenándose por ello o imaginar que es mejor morir , puede conducir a que la vida pierda todo el sentido y posibilidades que brinda.
5.- No refugiarse en escapes: Miles de personas que padecen enfermedad buscan escapes a su dolor y por ejemplo caen en estilos de vida complicados. Algunos caen en adicciones como el alcohol y otras drogas y así la enfermedad se torna más compleja porque no logran asumir que necesitan mejorar por dentro, cambiar de rumbo de manera decisiva y aprender a quererse y valorarse. Caer en escapes solo los puede llevar a no solo enfermar más sino a entrar en caminos oscuros de donde es más complicado salir.
Karina, la chica a quien va dedicado este post padece del síndrome de tourette y lucha mucho cada día por aceptar su enfermedad y los retos que ella le presenta. Ella es un ejemplo para miles de personas que padecen enfermedad y pese a que la depresión y melancolía la visitan alguna vez busca ser profesional. Los retos de cada día son nuevos y complejos, pero buscar equilibrio interior y elevar la fe es el único camino para vivir de la mejor manera posible.
A todas las personas que sufren enfermedad me queda decirles que nada es sencillo en estas tierras de paso, que todos necesitamos aprender cada día y la enfermedad es también una lección de vida. Buscar culpables o pensar que es mejor dejarse ir indica que no se es capaz de apreciar la prueba de fe que se vivir. Siempre podemos dar a pesar del dolor, siempre podemos compartir lo que somos y lo que tenemos con alegría, solo es cuestión de decidirlo.
Ahora les dejo esta melodía para que los acompañe, espero les agrade
Bellísimo fin de semana y no olviden orar por todas las personas que padecen enfermedad y pasan pruebas de fe
Manjarí (bendiciones)