Queridos amigos, el tema de hoy es “Trabajadores extremo” y va dedicado con mucho cariño a mis colegas comunicadores, coach e investigadores que me pidieron este post (Juan Pablo, Adrián, Francisco, Delia, Vicky ).
Trabajar es una necesidad que posee el hombre para poder ser independiente y a la vez, es una necesidad emocional para poder mantener el autoestima estable.
Sin embargo, en estos tiempos hay dos tipos de trabajadores:
Los que quieren trabajar poco y ganar mucho.
Los que trabajan mucho y solo quieren estar ocupados.
Ambas posiciones son inadecuadas si hacen de la persona un esclavo de sus emociones y temores. Por ello, desde Zéfiro veamos porqué muchas personitas que trabajan en extremo y no lo controlan.
1.- Habito y cultivo: Si se viene de una familia en exceso trabajadora, donde se le ha inculcado tal actitud , es probable que se desarrolle un habituamiento y cultivo de la misma , siempre y cuando la persona tenga otras aristas de su vida de lado.
2.- Presiones familiares: Muchas personas que son cabeza de familia o en palabras criollas “mantienen” un hogar y de repente no reciben apoyo económico de la pareja por equis razones, se ven en la necesidad y presión de laborar en más de un oficio para poder cubrir las necesidades básicas de su familia y de sí mismo.
Y con el tiempo, suele ocurrir que si la pareja y los hijos van creciendo se acostumbran a esto, no existe una consideración al respecto y la persona que mantiene ese hogar tampoco ha sabido poner límites por ejemplo a gastos innecesarios por temor a conflictos o por falta de fuerzas.
3.- Refugio para no socializar ni cambiar de vida: En este grupo encontramos a personas que por múltiples razones por ejemplo no desean llegar a casa temprano, evaden a su familia (por conflicto ) o por puro gusto y deseo de estar apartado del y los afectos.
Algunas personas se enfrascaron mucho en el trabajo a raíz de pérdidas de familiares (experimentar un luto) o luego de fracasos quizás laborales o sentimentales y también se da por miedo a socializar, por baja autoestima sobre la vida emocional que crea una barrera con las personas porque las consideran nocivas de alguna manera.
4.- Perfeccionismo: Esta actitud lleva a las personas a pensar siempre que lo que hacen no es suficiente, que deben dedicarle más horas para no fallar. Existe además el hecho soberbio de creerse indispensable e imaginar que todos cometerán errores sino se ve de cerca el trabajo.
Ese perfeccionismo crea intolerancia contra sí mismo y puede desatar irritabilidad, así como estrés. Muchas veces los padres o tutores inculcaron de alguna manera ese perfeccionismo al juzgar duramente a sus hijos por sus fallas naturales.
5.- Ambición desmedida: En este grupo ingresan las personas que buscan escalar o llegar a alguna posición obsesivamente, jamás están contentos (as) con el dinero o cargo que ocupan, siempre se quejan de todo, elevan sus gastos y se presionan solos, buscan pretextos para no mirarse y no soportan sentirse por debajo de alguien más.
¿Qué hacer si te das cuenta que por necesidad o por elección eres un trabajador extremo?
1.- Mirarte y analizar el estado de tu salud física y emocional: Fíjate si comes a tus horas, si duermes lo suficiente, si tienes molestias físicas como dolores de cabeza, estómago, apatía, irritabilidad, etc etc y anota todo en una libreta y si a todo le diste check, el radar rojo de alerta está encendido Zeferinos, algo hay que hacer.
2.- Si descubres las razones emocionales por las que miles de veces laboras de más, asúmelas con realismo, no uses excusas, no te engañes y si te cuesta mejorar busca ayuda profesional para mejorar por dentro y además de ello cultiva leer textos que te ayuden a explorar tus problemas.
3.- Usa Agenda: Pero no una agenda cuantitativa dónde solo anotes las miles de cosas que debes hacer, en ella comienza a incluir la lista de actividades que necesitas para tener paz, alegría, disfrutar y sobre todo estar cerca de ti mismo y de tus afectos. Si te ocupas solo del trabajo dejas de dar amor a los que amas, te aman y necesitas y te necesitan.
No busques pretextos para no descansar, asume las horas que son para ti y date permiso y derecho para relajarte o hacer actividades que te den felicidad. Mi lema es hay tiempo para todo y estoy segura de que es así si practican la constancia y ser ordenados. Es preciso que aprendan a tener prioridades, recordar que el alma necesita paz, alegría, dicha, bienestar, y sin eso seríamos personas amargadas y frustradas.
Miren el calendario y no dejen que se les pase la vida, regálense el derecho de ser dichosos (as) y siendo constantes y disciplinados lo lograrán.
Dentro de los consejitos Zéfiro que puedo compartir les sugiero crear como yo, los llamados “días intocables” y “horas sagradas” , donde colocan aquellas actividades que no son trabajo y pueden ser las que les pegue en gana y hace felices, recordando que debe relajarlos, animarlos y ayudarlos a renovarse constantemente y estar energéticos.
Y también es excelente que un día que les provoque rompan la agenda y hagan actividades fuera de lo común y se dejen llevar por el alma para bien (un cachito de locura de la buena es super saludable)
Y sino sabes cómo pasarlo bien, averigua, cómprate guía de calles, sal de tu casa y conoce Lima por todos sus lados y a vivir se ha dicho para no pasar de un hueco a otro hueco siempre, o sea de tu chamba a tu casa siempre. Si laboras y quieres descansar no siempre tienes que hacerlo en casa, recomiendo mucho salir de Lima por lo menos a media hora de distancia o dos ya es otra cosa, otros aires y la mente se relaja mucho y se vuelve renovado.
Hay paisajes bellísimos tan cerca de la capital y solos o con quien deseen si saben ser curiosos y creativos lo pasarán genial. Trabajar es lindo cuando se hace con dicha y pasión, pero el cuerpo y la mente necesitan reposo.
Y sobre todo recuerden que sus afectos los necesitan y por dedicarse sin organización a sus labores en exceso rompen la comunicación con sus padres, pareja, amigos, etc y con derecho les pueden reclamar y también sentirse poco importantes y si en el fondo evaden esos afectos asúmanlo y pregúntense porqué no les dan ese tiempo, de repente algo falla o sienten fastidio o hartazgo que no se parcha ni con un paseo y si es así a resolverlo, fingir no es vivir.
Cada quien sabe que actividades los entretiene, pero sugiero no ser monótonos e investigar todas las cosas y lugares a los que pueden acudir y aun así seguirán aprendiendo y disfrutando de cada cosa y enriqueciéndose de la compartir cultura con personas que la poseen.
Ver cine, teatro y arte en general, así como, leer, orar, meditar, viajar, deportes de aventura, turismo vivencial, actividades irreverentes y ajenas a este mundo, dormir, reuniones con familia, amigos y profesionales por doquier es parte de lo que puede a muchos gustarle y a otros no, pero doy esta listita para los que son mis colegas y gente amiga allegada por mis labores (periodistas, publicistas, editores, historiadores, terapistas holísticos, fotógrafos, coach, escritores, sociólogos, psicólogos y gente vinculada a conocer la esencia humana, productores, diseñadores) para que recuerden las actividades que pueden llenarles el espíritu y hacerlos sentir mejor y lógicamente le agregan todo lo demás que les plazca.
Ahora les dejo esta cancioncita que me encanta para que los acompañe y relaje.
Que tengan una bellísima noche, un maravilloso amanecer y les mando chispitas de luz para que les vaya lindo mañana.
Manjarí (bendiciones)