Queridos amigos, el tema de hoy es “Los valores que nos separan” y va dedicado a Rocío, Aydé, Fabio y Ernesto, quienes esperan este post.
Los valores que posee el ser humano pueden ser de dos tipos: innatos (vienen contigo por esencia y son diferentes según la personalidad) y los aprendidos (son aquellos que se incorporan por aprendizaje y convicción dependiendo el entorno, tipo de formación y hogar de procedencia).
Sin embargo, dentro de la comunicación interpersonal, el nivel de valores de cada quien define la buena o mala conexión emocional que se posee con el prójimo, dependiendo la esfera de vida donde corresponde socializar con este.
Por ello, desde Zéfiro los invito a reflexionar sobre “Los valores que nos separan” en alusión a que logren comprender las causas por la cuales existen relaciones humanas que terminan en desavenencia, oposición, distancia insalvable.
1.- Honestidad: Es un valor que implica caminar sin dobleces en la vida, sin trampas en la esfera que fuese. En la escuela si existe un colegio que incide en valores se les dice a los estudiantes que tiene que ver con no mentir, ser leal, no robar, no traicionar, etc. Sin embargo, en los hogares donde existe mayor inteligencia emocional, espiritual y humildad para mirarse, se le explica al infante que la honestidad implica no traicionarse además de lo mencionado, no mentirse a sí mismo y mucho menos acercarse a las personas con bajas intenciones y dobleces.
– Es deshonesto (a) un trabajador que sabotea el trabajo de su jefe por envidia, pero se hace el loco (a) y posee doble discurso; amable ante su jefe (a), pero intentando ver como remarcar sus errores o inventarlos para que lo echen.
– Es deshonesto (a) quien pretende apropiarse de logros ajenos, como robarle el contenido de un trabajo y decir que es suyo (a) por mediocridad, complejos y ego. Por ejemplo: cada mañana escribo frases en mi fanpage de reflexión y he notado siempre que existen personas que por baja autoestima, deshonestidad y ego copian mis frases en sus muros, pero haciendo ver que las han escritos ellos (ellas) e incluso reciben comentarios amables de sus contactos sobre lo bien que escriben y lo bien que piensan y que se han lucido, y esta gente tan fresca y deshonesta agradece y dice cosas como “estaba inspirado (a).
– Es deshonesto (a) traicionar en cualquier esfera de la vida y por ejemplo, ser partidario de la infidelidad (presencial, virtual, etc).
– Invadir la vida privada de ajenos (as), intentar usar a los demás para fines egoístas manipulando.
– Fingir ser amistad cuando en realidad existe hipocresía, interés incorrecto de cualquier tipo y doble moral.
– Carencia de respeto aprovechándose del rol que se tiene ante este. Por ejemplo, existen profesionales sin escrúpulos deshonestos (as) a todo nivel que manipulan a quienes les rodean.
He conocido por ejemplo médicos, abogados, enfermeras, arquitectos, economistas, financieros, etc de doble moral que se aprovechan de su investidura para usar la mente de los demás para bajos fines con el pretexto de “ayudarlos”, demostrar ser “tu mejor amigo (a)” y así esconder malas intenciones que justifican porque no son capaces de reconocer.
2.- Lealtad: Valor que va de la mano con el valor anterior y tiene que ver con el respeto a las personas y mucho más si existe un compromiso con estas. Pero ser leal a sí mismo y a los sentimientos es sin duda un lado de este valor más profundo que si no se trabaja por dentro, en esta vida no ha de existir y ni se notará que falta hasta que llegan las consecuencias.
– Traiciona quien en infiel a su pareja, a sus compañeros en empresa en proyectos y por ejemplo vende información, quien usa material de equis sitio y lo extrae sin permiso para sus fines, perjudicando a otros.
Sin embargo, traicionar a los propios sentimientos tiene que ver con el ego, cobardía, complejos y necesidad de no afrontar la verdad por miedo a la crítica y perdida de comodidad, relaciones de ventaja que se pierden, posición social que decae, etc.
3.- Humildad: En tiempos modernos es el valor más ausente que existe porque tanta gente se disfraza de “gerente” o dueño de algo en investidura, porque si trae el cargo, ello no tiene que ver con la arrogancia y mucho menos ser déspota ante los demás. Está de moda la banalidad y consumismo para demostrar superioridad y por ende, despreciar todo tipo de personas ajenas a tales estilos de vida.
Las personas sin humildad no poseen capacidad de reconocer errores, prefieren buscar culpables, victimizarse, acusar y pedir perdón es algo que no tienen fuerza ni temple de hacer porque no se los enseñaron, no lo vieron en casa ni en sus progenitores y el orgullo abrazado al ego es lo que necesitan para no mirarse y no desmoronar la ficción de vida que poseen.
Las personas sin humildad tampoco comparten conocimiento, mucho menos sabe escuchar ni sentir empatía con el dolor ajeno ni aceptar las esencias ajenas y caminan por la vida dañando a quienes no lo merecen en todas las áreas de sus vidas.
4.- Egoísmo: De niños nos decían que eras egoísta sino prestabas tus juguetes a otros niños, sino sabías compartir, etc. Sin embargo, son pocos los progenitores espirituales que le dijeron a sus hijos cuando crecieron que ser egoísta también implicaba no respetar las decisiones ajenas por la paz emocional del prójimo, no ser solidario ni ponerse en el zapato de los demás en ocasiones que lo necesitan, desear dicha a los demás sin inmiscuirse en sus asuntos, dejar que cada quien desarrolle sus sueños como le plazca sin ser alguien que los sabotee por caprichos.
Vemos el egoísmo en todas las esferas: hijos que buscan sacar ventaja de los padres aplastando a sus hermanos, uno de los miembros de la pareja que exige que esta haga lo que él o ella desea todo el tiempo sin preguntarle si aquello le hace feliz o bien.
Escuchaba a una paciente decir en consultorio que su ex pareja se metía en su vida nueva ahora que ella tenía una nueva pareja, que trataba de hacerla quedar mal ante la hija que los unió por egoísta y por ego. Me contaba que su ex pareja tenía otra persona también, pero pese a ello era como el perro del hortelano y me preguntaba por qué no podía soportar verla en paz y feliz. Le contesté:
“sencillamente ante el egoísmo patológico no existe conciencia, donde no habita espiritualidad no existen valores como convicción y quien nunca ha sabido amar no entiende que el amor es bondad y respeto. No esperes ni imagines que la piedra sea papel cuando lo que ves resulta la única realidad. Y sin embargo, el tiempo del cielo es perfecto y así te sientas devastada, te toca mantener la fe, oración profunda y notar las miles de formas en que el creador te protege, da la mano y pone en tu camino a las personas adecuadas en todas las esferas de tu vida. El dolor inmerecido es inevitable y quien ha elegido herirte y dañarte adrede lo hace así mismo, porque hay un tiempo en que no podrá evitar que afloren las consecuencias de sus actos y entonces, esa conciencia de la que hoy carece, aflorará tras tocar fondo y caminar sin paz y sin poder sentir alegría donde vaya, porque le tocará verse en un espejo y notar todo aquello que ha perdido, pero en especial así mismo. Reza por quienes te dañan y deja al cielo actuar, pero mira para adelante, avanza sin detenerte y sigue con tus planes de vida sin permitir que te roben la alegría de todo lo que logras y mereces, porque ser feliz es tu decisión, no está en poder de gente oscura por elección“.
6.- Ética: Se habla tanto de esta palabra y es un curso importante en las universidades, pero como he venido explicando, las personas sin escrúpulos siempre acomodan las normas a su antojo para acallar la conciencia.
La ética tiene que ver con la moralidad y respeto que cada quien elige desarrollar o no. No es ético que los estudiantes copien trabajos de otros para aprobar cursos de modo deshonesto, pero pasa la vida y creen que pueden hacerlo siempre sin consecuencias, no es ético que un profesional use su carrera y contactos para manipular gente a su antojo para los fines que quiera (recordemos todo lo vivido y lo que vemos en política), no es ético ni de respeto intentar que los demás sean como se quiere o piensen como nosotros (cada quien es un mundo).
7.- Respeto: Este valor implica reconocer los valores ajenos y tener presente que cada quien posee del creador pese a que no sea alguien de luz hoy o quizá nunca (decisión de cada quien). Y por respeto se deben aceptar las esencias, no exigir lo que nadie puede dar ni hacer si es evidente, entender que cada quien tiene la religión, creencias, cultura y opinión que le plazca y mientras no exista conflicto ni ataques, por respeto, se deja a cada quien tomar su camino de vida como lo considera.
Cuando estos valores esenciales no existen en alguien que no es capaz de mirarse, comete errores garrafales, va por la vida haciendo daño a los demás, empezando por su hogar, amistades, entorno, pareja, etc. Y claro está que las relaciones humanas entre personas que tienen valores en contacto con quienes no los poseen son complejas y dolorosas.
Por lo general, las personas con valores esenciales de convicción son espirituales a nivel genuino y reciben dolor inmerecido sin esperarlo, sin motivo aparente. Más siempre diré que el dolor ennoblece, encanalla o amarga y el reto espiritual de quien vive dolor inmerecido es ser noble, fuerte y con capacidad de resilencia (reponerse siempre y renacer ante lo vivido).
Y siempre les digo a las personas que asisten a mis talleres de grupo en coach emocional que los valores no son negociables y que no podemos desear ni esperar que los demás sean lo que no ven o no les nace, porque corto es el camino y maltratarse emocionalmente por dentro ante el peso del dolor solo destruye sueños y nuevas oportunidades. Los valores esenciales opuestos a los antivalores que separan a los seres humanos unos de otros son los responsables de los fracasos en todo tipo de situación: amistad, pareja, matrimonio, sociedades, grupos, etc.
No es saludable ni sano estar cerca de gente que solo sabe dañar y si bien perdonar es algo digno de elevada espiritualidad, no exige que tengas que aceptar en la vida a personas que sabes claramente siguen en la senda de las mentiras, hipocresía, egoísmo, violencia y necesidad maltratar. La reconciliación con personas equivocadas no siempre es posible si abres los ojos y notas que existen valores esenciales que jamás ha de poseer porque lo ves en sus actos de modo recurrente, y por salud mental y paz contigo mismo (a) es saludable y positivo avanzar, dejar que esas personas vivan como han elegido, pero sin posibilidad de mancharte, sabotear tus sueños y amargarte la existencia. Más recuerda que el mal siempre camina al acecho de tu alma, muy cerca, intentando que caigas en desaliento y te manches siendo quien no eres y coludiéndote con todo lo que representa oscuridad.
No le pueden pedir a personas que son desleales en todo sentido que no lo sean porque no creen en la lealtad, no vibra en sus almas y necesitan como adicción, ir por la vida eligiendo personas para dañar y aplacar lesiones de infancia no sanadas. No pueden esperar que las personas soberbias y con miedo a mirarse lo hagan, porque cuando el ego es parte del alma es más grande que una montaña y a menudo, el tiempo y el creador decanta en el alma de estas personas la verdad y tienen que caminar con las consecuencias de sus actos. Los humanos no estamos en condiciones de desear algo para alguien, porque cada quien es un mundo y por su proceder va escribiendo su historia.
Y a todas aquellas personas que me dicen siempre entre sollozos en consulta “no es justo que esto me pase a mí”, siempre les diré: “La vida no es para que sea como crees debe ser, es un regalo donde tú eliges construir tu felicidad y el dolor inmerecido debe hacerte más fuerte, reafirmar tus valores y abrir los ojos para notar como Dios te pone donde necesitas, es tu consuelo, te extiende los brazos y te hace alguien de luz capaz de sonreír pese a todo lo que has vivido y vivirás aún. La fe absoluta en la divinidad es una fuente de energía poderosa, mágica e impenetrable que mueve el cosmos (como leen, lo mueve), pero el hombre no lo nota porque no trabaja en ello con constancia. Caminamos con el mal al costado, acechando siempre, queriendo que nos desviemos del camino, pero pese a los errores humanos, ir por la vida dañando y sin conciencia es asunto de oscuridad por dentro”.
Sin embargo, las buenas personas son humildes de corazón, fuertes, generosas, de ética, honestas, no esconden la cara ni se les ocurre traicionar, porque viven en otra escala de vida a nivel emocional y necesitan sentir paz por dentro. Más no es que sean perfectos (as), entrenan el alma y la mente, aplican enseñanzas divinas y se conectan siempre con la divinidad; entonces se les abre un abanico de posibilidades, se les otorga mayor claridad y sus dones afloran para protegerlos y servir. Las buenas personas son sencillas, divertidas, originales y prácticas, no tienen tiempo para el conflicto y no necesitan elevar el ego porque saben lo que valen y hacia dónde van, saben amar como enseña el creador en todas las áreas de sus vidas y donde pisan son luz y esparcen buenas vibraciones
A todas las personas que han sido víctimas del dolor inmerecido les dejo esta bella canción para que recuerden que Dios pone en el camino aquello que te hace sonreír (de cualquier índole) y nunca se olvida de un corazón noble y limpio. Existen los milagros, lo inesperado y la dicha inscrita en las estrellas tras venir de un pañuelito de lágrimas inmerecidas. Espero les agrade y acompañe y agrade
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