Queridos amigos, el tema de hoy es “Causas y Consecuencias de Postergar las Decisiones” y va dedicado para mis amigos Fernando, Natali, Jani y para mi colega, amigo y editor de audiovisuales, Pepito Guilén (ya cumplí pepin)
Uno de los indicativos de la madurez del hombre es la capacidad de tomar decisiones cuando así se requiere en cualquiera de las esferas de la vida.
Sin embargo existen razones por las cuales se postergan y ello trae como consecuencia situaciones que desde Zéfiro quiero exponer.
¿Qué impide que las personas tomen decisiones?
– Baja autoestima: se cree que no se alcanzaran las metas porque por ejemplo se duda de la capacidad laboral, o de la capacidad de ser reconocido (a) en cualquiera de las esferas de la vida.
– Miedo a las críticas y al qué dirán: muchas personas temen ser juzgadas por elegir tipos de vida, por cambiar de rumbos, por expresar lo que piensan y sobre todo les aterra ser descalificados y dejar de ser apreciados por lo que decidan.
– Perfeccionismo: Bajo el pretexto de que se espera hacer las cosas de manera perfecta, las personas dejan pasar el tiempo y pierden oportunidades en cualquier nivel de la vida.
– Apatía, pesimismo: Ante fracasos pasados, algunas personas han quedado emocionalmente dañadas, sin fuerzas, no han logrado aprender de las pérdidas y ahora cualquier esfuerzo por algo les parece inútil. A menudo dicen frases como “no pienso esforzarme más por nada, estoy cansado (a) de eso”. Esperan que les caiga todo lo bueno del cielo, eligieron dejar de luchar por sus sueños.
– Comodidad y Pereza: Tomar decisiones es algo que suelen eludir las personas que son cómodas con por ejemplo los lugares donde viven, pegadas a lo material. Les cuesta empezar, renacer, prefieren seguir aquel dicho que dice “más vale malo conocido, que bueno por conocer”. Y eso se refleja por ejemplo en que pueden pasar años en un trabajo que detestan, pero no buscan cambios o vivir en una casa en la que no hay armonía, pero la comodidad o tener todo a la mano los ata.
– Miedo extremo: Algunas personas temen muchísimo fallar, equivocarse y fracasar. Consideran que no lo soportarían, no son capaces de arriesgar nada y pasan años buscando sentirse seguros (as) antes de dar pasos, pero cuando suelen reaccionar ya han perdido las oportunidades de las situaciones o cosas que querían. A menudo ese miedo viene desde la infancia y se acentúa por desconfianza consigo mismo (a) y hacia los demás por considerar que en el pasado se ha hecho mucho por una causa y las cosas no salieron como esperaba.
¿Cuáles son las consecuencias de no saber tomar decisiones?
– Mal humor, frustración: La sensación de fracaso se refleja en el rostro y en la forma de comunicación con las personas. A menudo la gente infeliz o apática porque se halla insatisfecha con su existencia suele andar enojada y es poco comunicativa; otros son críticos, renegones y también se aíslan, tiene problemas para entablar relaciones humanas profundas, tienen pocos amigos personales y evaden todo lo que implique ver gente que si hace lo que le hace feliz.
– Depresión, sensación de vacío: Cuando la gente se siente entrampada en situaciones que no sabe como cambiar suele enfermarse. Dolores de cabeza, sueño excesivo, insomnio, gastritis, falta de apetito y ansiedad son algunos de los síntomas que surgen tras sentirse deprimidos (as), pero aún así les cuesta mucho decidir cambios.
– Evadir y fingir, aparentar: Cuando no se desea aceptar los errores propios a mucha gente le queda fingir, disimular y dar a entender al resto que se tiene una vida armoniosa. Hay gente que llega al extremo de mentir, de mostrar estilos de vida que no tienen o negar situaciones infelices a sus familiares más cercanos por temor a ser criticados (as)
– Conformarse y no crecer: Mucha gente prefiere resignarse absurdamente a vivir estados infelices por miedo a decidir. Considera que “así fue su suerte o destino” y olvidan que de uno mismo depende ser feliz y renacer.
¿Cuáles son las decisiones comunes que le cuesta más a la gente tomar?
– Cambiar de empleo: les cuesta buscar uno nuevo, reniegan y se frustran, pero temen no ser escogidos en otro lugar o solo esperan la recomendación de amigos (as) influyentes.
Muchos no son capaces ni de mirar avisos de empleos y si lo hacen son pesimistas, critican todas las ofertas y sueñan con ganar sueldos elevadísimos, pretextos que al final usan para no luchar, para no volver a empezar con humildad y dignidad.
– Cambiar de carrera: Muchos jóvenes que estudian en la universidad descubren que la carrera elegida no les hace felices, no les agrada, pero temen decírselos a sus padres si ellos les pagan la mensualidad y por ello no logran concentrarse y terminan por ser pésimos estudiantes.
Los padres deberían aprender a escuchar, a comprender que si un hijo descubre que falló en su vocación no debe condenarlo, pero si buscar ayuda para que él (ella) halle con firmeza lo que le hace feliz estudiar para que lo disfrute y lo haga con pasión y sirva a la comunidad.
– Romper una relación sentimental: Por culpa, costumbre, comodidad, miedo a la soledad y miedo a ser juzgado (a) algunas personas prefieren mantener relaciones sentimentales que los llenan de infelicidad, donde no existe armonía ni comunicación ,donde incluso se sienten maltratadas (os) emocionalmente y el hecho es más complicado si se tienen hijos (as) con la pareja; se pone de pretexto este argumento antes que decidir cambiar de vida por temor a que los hijos sufran, pero olvidan que a la larga que los hijos vean la desarmonía, el desamor y conflictos será más perjudicial emocionalmente para ellos.
Algunos familiares como los padres y amigos buscan persuadir y los (as) hacen sentir culpables, crueles por no tener pena de la pareja que se quiere dejar, pero esas personas no saben lo que implica mantener nexos con alguien que puede hacerlos sentir asfixiados (as) y en muchos casos conspiran contra el crecimiento personal y emocional.
También se teme ser chantajeado y manipulado por la pareja, quien puede vengarse con los hijos, olvidando que existen leyes y muchas maneras de proteger a los niños de ambientes destructivos para sus emociones porque no siempre todos los padres resultan ser lo más adecuado para que los hijos se desarrollen como lo necesitan.
– – Asumir que no se puede tener armonía con los padres o que son conflictivos (as): Para mucha gente resulta doloroso reconocer que los propios progenitores son agresivos, los dañan y que deben decidir vivir lejos de ellos; en algunos casos es recomendable solo visitarlos por horas una o dos veces por semana para evitar que con sus comentarios dañen la autoestima o vivan criticando todo lo que se hace.
También puede ocurrir con los hermanos u otros familiares, se teme decidir cortar los nexos con firmeza, pero es preciso reconocer que se hizo mucho por alcanzar armonía y no se logró continuar lidiando con gente conflictiva solo desgasta y genera mucha desilusión.
– Decidir iniciar proyectos o retomarlos: Cuando no se confía en sí mismo, muchos de los planes a nivel laboral no se inician o se dejan a medio hacer y se ponen miles de pretextos para justificar el no hacerlo como falta de tiempo, cuando lo que en el fondo ocurre es que existe indisciplina, miedo y desgano. Y ello trae como consecuencia el compararse con otros y hasta el envidiar a los que si lo hacen
Recuerden queridos lectores, la vida es corta y todos los seres humanos somos capaces de vivir mejor. De nosotros mismos depende la forma de vida que tendremos y las relaciones humanas que nos dan paz y contribuirán a nuestro desarrollo.
Si tienen metas, sueños, levántense de las cenizas, planifiquen, decidan y abran caminos y verán que la sonrisa y la luz volverá a sus almas. Dios no olvida todo el esfuerzo que hacen por los otros, pero también anhela que se quieran, que se valoren para poder servir y piensen que si fallaron, si los dañaron o si los (las)traicionaron, no todas las personas con las que interactuemos lo harán.
Cada etapa de la vida trae aprendizajes, pero el más importante es ser reflexivo y a pesar de todo mantener la honestidad y el ser auténticos, la vida sin lucha no es vida y sin metas solo es monotonía.
No olviden que de nada les servirá lamentar lo que perdieron por falta de valor y de voluntad. “ Las lágrimas más inútiles son la de los cobardes” me dijo alguna vez mi querido amigo Nami que en paz descanse y siempre supe que tenía razón.
Y para mis queridos amigos coleccionistas de música especial como yo, les dejo este clásico bellísimo y para los que no lo conocen, espero les agrade.
Que tengan un día donde elijan planificar sus próximas decisiones y logren sentirse orgullosos (as) de ello y que los ángeles y la oración sea la energía que necesitan para ser constantes, recuerden que a cada paso que den orar es necesario para agradecer y para pedir fortaleza.
Manjarí (Bendiciones)